Comida Galgo

martes, 26 de enero de 2010

Proyecto Darwinia


El 2009 pasó y no pude dar vida a los Blables tal y como los había imaginado. Conseguí varias cosas importantes de entre las cuales, me quedo con el hecho de haberlo iniciado. Mis queridos Blables pasaron de ser unos puntos de colores a tener cuerpo, ojos, una forma reconocible. Tanto que casi tenía pinta de acabar convirtiéndose en un juego infantil más que en una simulación de vida artificial. En algún momento pensé que una cosa no debería estar reñida con la otra y, cuando todo parecía dispuesto para tomar forma, para pasar por el rodillo del compilador cientos de líneas de código, mi vida cambió.

Uno nunca está preparado para lo que el destino guarda entre sus manos celosamente a que llegue el momento de descubrirlo. A veces tendemos a pensar que el destino es cruel, que nunca nos deja disfrutar lo suficiente de lo que tenemos y nos lo arrebata sin más aviso que la simple pérdida. Este no ha sido mi caso y todo parece haberse alineado a mi favor como recompensa por todas las oportunidades desaprovechadas, por todo el tiempo perdido. Esto no es una declaración al mundo ni una muestra onanista de mis intenciones; es más bien un diario, una reflexión para mí mismo. Como me dijeron una vez, salta bien alto, mira hacia arriba, aspira en todo a la satisfacción de una superior forma del ser, más libre, más real.

Pues bien, allá voy, con los ojos bien abiertos para no perder detalle. Afuera tengo un mundo enorme pero dentro es donde realmente lo saboreo, lo huelo, lo disfruto. Desde hoy, esa simulación que se entremezcló con un juego, ha pasado a ser El Proyecto Darwinia, lo más precioso que he sido capaz de crear jamás y quiero que todos lo puedan disfrutar igual que yo. Especialmente la persona que me ha hecho crecer como nada ni nadie lo ha hecho nunca.

Gracias, esto va por ti.

¿Por dónde empezar? Recopilaré toda la información que tengo y pondré orden en mis anotaciones. Muchos de los análisis que he realizado son correctos, otros deberán ser modificados pero en su conjunto estoy bastante satisfecho de todos ellos. Necesitaré un tiempo para empezar a programar ya que debo hacerme con la última versión del compilador que caprichosamente Microsoft ha decidido cambiar de nuevo. Seguro que está llenito de novedades técnicas que me facilitan la transcripción a código de todas las ideas.

Voy a saltar, ¿alguien tiene paracaídas? Yo no.

El ordenador que se negaba a morir

Hoy se cumplen cuatro años exactos que encendí por primera vez un pequeño ordenador que tenía olvidado por casa, que le instalé el cliente ...